Según un estudio reciente, cerca del 20% de los hombres en España han perdido la virginidad con una prostituta. Puede parecer un dato absolutamente demoledor, pero es que nuestro país es el primero de Europa en sexo de pago. El 39% de los varones adultos han afirmado haber pagado alguna vez por sexo en su vida. Algunos, de hecho, lo hacen habitualmente. El hecho de que la prostitución no esté regulada como tal en España parece no importar demasiado a estos clientes, que saben que siempre encontrarán a una chica dispuesta. Allí donde hay demanda hay oferta, y el sexo sigue moviendo mucho dinero hoy en día en nuestro país. Tal vez el dato que hemos dado al principio tenga que ver más con la forma en la que se entendía el sexo antes, cuando había que estar casado para poder disfrutar de los placeres carnales. Ahora, con Tinder y otras alternativas, todo parece más fácil.
Sin embargo, el número de prostitutas en España no hace más que subir, y eso significa que sigue habiendo demanda por parte de los hombres. Tal vez porque buscan el placer que solo una verdadera experta en sexo les puede entregar. Tal vez porque necesitan del calor de una chica que saben que lo va a hacer todo por ellos, sin enfadarse, sin ponerles trabas. Elegir a una amante profesional antes que intentar salir a ligar nos parece una opción muy razonable, teniendo en cuenta que pueda salir incluso económica. Cada cual tendrá sus gustos, por supuesto, y habrá todavía hombres que miren con recelo este tipo de servicios. Hombres que piensen que las mujeres que trabajan como prostitutas valen menos por el hecho de llevar a cabo este trabajo. La sociedad todavía sigue estigmatizando a estas trabajadoras sexuales, cuando en realidad lo único que buscan es sobrevivir, como todos, en un mundo cada vez más complejo y difícil. Lo que uno busca con ellas es, sencillamente, pasar un buen rato, con respeto y con pasión, en un lugar adecuado para disfrutar del sexo. Y este es el primer punto que hay que tener claro a la hora de contratar a la chica: dónde vamos a quedar con ella.
Las amantes profesionales
Actualmente existen más de 300.000 profesionales del sexo en nuestro país, según los últimos datos recogidos por los estudios más recientes. La mayoría de ellas están al margen de la ley, ya que esta profesión no está regularizada. Eso no significa que no podamos encontrarlas fácilmente. Todos conocemos las zonas “calientes” de nuestra ciudad o localidad, los sitios por donde estas mujeres suelen moverse. Pero ahora, en la era de Internet, todo es incluso más fácil, consiguiendo contactar con ella desde casa, a través de sus perfiles online. Podemos ver fotos y vídeos, conocer sus tarifas y llamarlas al número que nos dejan entre toda su información. Es entonces cuando la chica nos preguntará que dónde nos vemos, y tenemos varias opciones. Una de las más habituales es que venga a nuestra casa.
Quedar con una escort en tu domicilio
Hay que entender que esta decisión no debe ser tomada a la ligera. La chica puede ofrecerte también la alternativa de acudir a su propio domicilio, o al lugar donde trabaja, y puede ser también una buena opción. De hecho, si estamos casados o tenemos pareja, está claro que lo de invitar a una escort a casa puede ser una locura. Incluso cuando nuestra chica esté fuera, tenemos vecinos y es jugársela demasiado. Por eso será mejor hacerlo cuando estemos solteros, y queramos disfrutar de esta experiencia en un lugar conocido. Así estaremos también más cómodos, y todo fluirá mucho mejor a la hora de la verdad. Las chicas que ofrecen servicios a domicilio suelen especificarlo en sus perfiles, para que lo tengamos claro desde el primer momento.
Ventajas y desventajas
Pongamos que estás solo en casa, aburrido, y que quieres darle un poco de emoción a la noche. Llevas tiempo ya sin novia, y las chicas te Tinder no te dan lo que tú necesitas. Estás harto de acudir a citas que no acaban en nada, de tonteos que no llevan al placer. Por eso decides ponerte a buscar a una verdadera profesional que te haga disfrutar como te mereces. En Internet encuentras a una chica preciosa que además vive relativamente cerca, según su ubicación. La llamas y le propones quedar en tu casa. Y ella, como buena profesional acepta. Aquí estarás en un espacio conocido, donde podrás estar más a tu aire. No tienes que salir de casa para pasarlo en grande, y tampoco preocuparte por pagar un hotel, por ejemplo, que es otra de las alternativas.
Entre las desventajas también encontramos factores que pueden ser decisivos para que no tomes esta decisión. Por ejemplo, el hecho de que sientas que la chica está en tu lugar privado ya va a juzgarte por ello. El traer a una desconocida a casa, que siempre es un peligro, por muy profesional que sea. Si tomas el riesgo de llevarla aun teniendo pareja, por muy cuidadoso que seas, puede que la amante deje algún rastro que luego sea detectado por tu novia. Y además, te ahorrarás el precio de la habitación, pero tendrás que pagar a la chica su desplazamiento, normalmente en taxi, y no suele salir barato. Motivos hay tanto a favor como en contra, y tendrás que ponerlos en una balanza para decidirte por una u otra opción en el momento de llamar a la escort.
Qué alternativas hay
Evidentemente, la opción de que la chica venga a tu domicilio no es la única para disfrutar de un buen rato de placer con ella. De hecho, hay escorts que prefieren no acudir a citas en domicilios privados, y ofrecen otras alternativas. La más usual es que vayas tú a su piso, que suele ser privado y discreto. Es una buena opción si vives con alguien y prefieres mayor intimidad. Otra opción muy habitual es alquilar una habitación doble de hotel por una noche, y disfrutar con ella en ese espacio totalmente independiente. Más seguridad, mucha más discreción, y la oportunidad de hacerlo también en un lugar distinto, con el morbo que eso supone. Como ves, las alternativas son variadas, y cada cual ofrece algo interesante a la hora de escogerla. Lo que no vas a encontrar ya son excusas para no llamar a esa amante profesional que te vuelve loco, y pasar un rato delicioso con ella, en tu casa o donde quieras.