Es aparentemente la tarea más básica de la cocina, sin embargo, sigue siendo un lío para muchos cocineros expertos: hacer una olla perfecta de Arroz Blanco Suave y Básico, con cada grano distinto y no blando. Sin embargo, no es imposible, si conoce algunos secretos: use la cantidad adecuada de agua, un calor suave, una tapa de olla bien ajustada y un período de descanso después de cocinar.
Asegúrese de no saltarse el paso de reposo al final; a medida que el arroz se mantiene alejado del calor, la humedad del arroz se redistribuye para obtener una textura más uniforme en toda la olla.
Paso uno: Enjuague y remoje
Normalmente enjuago mi arroz con unos cuantos cambios de agua fría. Hay dos razones para enjuagar: algunos molinos fuera de los Estados Unidos usan talco como ayuda para moler, por lo que es un paso importante para el arroz importado. El enjuague también elimina el almidón suelto, haciendo que el arroz sea menos pegajoso.
Para la mayoría de las comidas diarias, usted puede obtener buenos resultados sin mojar el arroz. Si estoy usando arroz más viejo, lo remojo durante unos 30 minutos, lo que hace que los granos sean menos frágiles y propensos a romperse. El remojo también es tradicional para el arroz basmati, ya que ayuda a que el arroz se expanda hasta su máxima longitud. De cualquier manera, asegúrese de escurrir bien el arroz o usará más agua de la que esperaba al cocinarlo.
Paso dos: Un método sencillo de cocinar
Existen muchos métodos diferentes para cocinar el arroz, pero el más sencillo es el de absorción: el arroz se cuece en una cantidad medida de agua, de modo que en el momento en que se cocina el arroz, toda el agua ya ha sido absorbida. A medida que baja el nivel del agua, el vapor atrapado termina la cocción.
La clave de este método es averiguar la cantidad correcta de agua. Como regla general, use de 1-1/2 a 1-3/4 tazas de agua por taza de arroz blanco de grano largo, pero es posible que necesite experimentar un poco para encontrar la cantidad que más le guste. Los arroces marrones requieren más agua, mientras que los arroces de grano más corto requieren menos. Tenga en cuenta que más agua le da un arroz más suave y pegajoso, ideal para freír. Menos agua resulta en un arroz más firme, un buen estilo para ensaladas de arroz.
El otro elemento importante es una maceta de base pesada (para evitar que se queme en la parte inferior) con una tapa ajustada que mantiene el vapor dentro. Si la tapa le queda suelta, coloque un paño limpio entre la tapa y la olla.
Paso tres: Déjalo reposar
Después de unos 12 minutos, el líquido debe ser absorbido y el arroz al dente. Si usted sirve el arroz ahora, encontrará la capa superior más seca y esponjosa que la inferior, que puede ser muy húmeda y frágil.
Aquí es donde necesitas paciencia: Deje reposar el arroz, sin alterar y con la tapa puesta, durante al menos 5 minutos y hasta 30 minutos. Esto permite que la humedad se redistribuya, resultando en una textura más uniforme, con las capas inferiores tan esponjosas como la superior.