Hay pocos placeres mejores y más relajantes que disfrutar de nuestra propia piscina cuando suben las temperaturas, tener un oasis en nuestro jardín para poder darnos un chapuzón y refrescarnos cada vez que el calor sea demasiado asfixiante. Y es que en muchas ocasiones, tener piscina en casa es incluso un signo de clase, de poderío económico, porque no todo el mundo se la puede permitir. Sin embargo, también es cierto que este tipo de ventajas se han de enfrentar a todo lo que requiere una piscina, al cuidado, al mantenimiento y a las reparaciones, que suelen ser complejas y caras. Disfrutar de la piscina es un goce absoluto, pero para hacerlo en condiciones tendremos que saber cuidarla y mantenerla bien. Por eso en el artículo de hoy queremos darte algunos consejos para que sepas cuándo y cómo reparar y reformar tu piscina, ya que este tipo de construcciones necesitan un mantenimiento constante.
Cada año, como ya sabrás, la piscina debe ser vaciada y limpiada a fondo, para evitar que se acumule verdina. Tampoco se puede dejar mucho tiempo vacía, porque eso destrozaría el suelo, en el caso de que sea de losa o azulejo, como el resto de la piscina. Partiendo de la base de que la mayoría de piscinas son de este tipo, y no albercas hechas de puro cemento, la limpieza y el mantenimiento de la piscina será complejo y costoso, pero es el precio a pagar para disfrutar de este sueño hecho realidad en casa. A veces hay fugas en la piscina, vemos cómo pierde agua o sencillamente, el azulejo o la losa ya está demasiado desgastada. De ahí que tengamos que ponernos manos a la obra para arreglarla y tenerla lista justo a tiempo para el verano.
Detecta el problema de tu piscina
Más allá del mantenimiento habitual de la piscina, que consiste en limpiarla y depurarla con cloro o con una depuradora que tengamos puesta a su lado, lo más importante a la hora de arreglar y reformar nuestra piscina es encontrar dónde está el daño o el problema que está provocando que se pierda agua, por ejemplo. Esto no es nada sencillo en una piscina grande, porque encontrar esa grieta puede ser verdaderamente complicado y llevarnos mucho tiempo. Si el problema es la pérdida de agua, echaremos un vistazo al exterior para corroborar por donde se está yendo todo el líquido, y tratar de hallar la abertura en ese lado. Para ello, por supuesto, hemos de vaciar la piscina y comprobarlo por a poco. A veces las grietas son grandes y están a simple vista, pero otras veces son más profundas.
Pueden afectar tanto a las paredes como al suelo, así que tendremos que prestar especial atención a cada palmo de nuestra piscina, para encontrar el problema. Una vez hallado, lo mejor es sellar de nuevo la piscina, ya sea con cemento, para que la grieta quede cerrada por completo, o simplemente con los azulejos que se hayan podido dañar o ver afectados. Cambiar los azulejos puede ser también algo muy laborioso, porque la extensión de la piscina es enorme, y el trabajo es muy minucioso si queremos que quede bien. Suele ser habitual contar con profesionales para este tipo de trabajos, porque si los llevamos a cabo nosotros, sin tener tanta idea, la reparación puede no quedar tan bien.
Búsqueda de acabados
Dependerá del tipo de reforma que queramos hacer y el tipo de materiales que necesitamos. Lo habitual es contar con cemento para poder sellar esas grietas que dan problemas en la piscina, y de la misma forma, tener también azulejos o losas preparadas, en el caso de que nuestra piscina tenga este acabado. Se recomienda guardar muchos de ellos la primera ve que hayamos alicatado toda nuestra piscina, para tenerlos en la recamara por si los necesitamos. También podemos necesitar una pintura especial, o una silicona resistente al agua, para las juntas de los azulejos. Todo debe ir encaminado a evitar posibles fugas y filtraciones, que son los problemas más habituales que hemos de reparar en este tipo de lugares.
Estima un presupuesto
Una vez tengamos claros los materiales que necesitamos para la reparación podemos visitar algunas tiendas y comparar los precios, para hacer un presupuesto estimado. Esto será especialmente útil si hemos decidido llevar a cabo nosotros mismos la reparación, para tener en cuenta el dinero que nos vamos a gastar. Si lo dejamos en manos de los profesionales, también viene bien conocer el precio de los materiales, para evitar que nos den gato por liebre. El presupuesto es solo una estimación, para tener una idea de por cuánto nos puede salir la reparación. Si es muy elevado, por ejemplo, podemos buscar alternativas para abaratarlo de la mejor manera posible.
¡Manos a la obra!
Tenemos el presupuesto, y es la hora de comprar los materiales. Buscaremos que sean buenos y de calidad, aunque el precio suba un poco, porque al final lo importante es que la reparación quede bien y no tengamos que preocuparnos por este tipo de problemas en la piscina al menos durante unos años. Nos armaremos de paciencia y llevaremos a cabo la obra siempre por las mañanas o al final de la tarde, para evitar las horas con más sol, ya que los materiales pueden verse afectados si son colocados en ese momento, además de nuestro propio trabajo, que también será mucho más complicado con altas temperaturas. Si ves que es demasiado para ti, puedes ponerte en contacto con profesionales que por supuesto, te cobrarán más, pero darán un acabo perfecto a tu piscina.